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Paola Agulló / Fundadora y directora creativa de Nostalgic
En 1997, luego de que la fundadora y directora creativa de Nostalgic, Paola Agulló, saliera de la universidad, se trasladó a New York por una temporada a aprender inglés. Fue una instancia que, según explica, le permitió conocer las nuevas tendencias de moda, “fue mi primer acercamiento con el mundo vintage y me enamoré, fue […]

En 1997, luego de que la fundadora y directora creativa de Nostalgic, Paola Agulló, saliera de la universidad, se trasladó a New York por una temporada a aprender inglés. Fue una instancia que, según explica, le permitió conocer las nuevas tendencias de moda, “fue mi primer acercamiento con el mundo vintage y me enamoré, fue algo muy fuerte”, rememora.

Al año siguiente y ya de regreso en Santiago, decidió abrir su primera tienda de ropa usada, Nostalgic, ubicada en pleno corazón de Providencia. Como todo emprendedor, reconoce que los primeros años fueron agotadores porque hacía de todo, desde la distribución y decoración de la tienda, hasta la atención de clientes.

“Formar Nostalgic fue desafiante y demandó mucho tiempo porque quería plasmar el ADN de lo que sería hoy mi marca”, confiesa.

Con el negocio moviéndose, decidió asentarse en New York motivada por las ganas de lograr un crecimiento personal, pero también para conocer más de cerca el mundo de la ropa usada. “Irme a vivir a una ciudad extranjera, fue partir de cero. No conocía a nadie y no tenía amigos, pero fue enriquecedor crecer en una capital tan cosmopolita”, detalla.

“Formar Nostalgic fue desafiante y demandó mucho tiempo porque quería plasmar el ADN de lo que sería hoy mi marca”

Estuvo cerca de cinco años viviendo en esa ciudad que cataloga como “su lugar favorito en el mundo”.  Siempre está viajando por trabajo, pero en 2016 decidió ir por una temporada con su familia a vivir a Brooklyn porque “quería mostrarles a mis hijos lo que era vivir en una capital tan efervescente, creativa, con tanto movimiento y llena de posibilidades de desarrollarse y aprender cosas”.

En la actualidad, debido a la emergencia sanitaria, se encuentra en su casa de Santiago en cuarentena, con sus tres hijos y su marido. Y ha sido un tiempo de reflexión, dice, pero también de mucho extrañar las rutinas cotidianas. Antes de que se desatara la emergencia sanitaria, por ejemplo, subía cuatro veces a la semana el cerro con sus amigas antes de ir a trabajar. “Era un momento de pausa y de estar en contacto con la naturaleza. Poder sentir que el tiempo pasaba más lento, me producía una energía positiva para comenzar bien el día”, reflexiona.

“(por la cuarentena) he podido retomar la pintura pues ahora tengo mucho más tiempo para estar conmigo misma. Eso es algo que valoro mucho, me gusta poder desconectarme de todo”

Sin embargo, esta instancia de encierro le ha devuelto “otro tiempo”, uno para hacer aquellas actividades que había dejado de lado por el ritmo de vida que llevaba. “He podido retomar la pintura pues ahora tengo mucho más tiempo para estar conmigo misma. Monté mi taller en la terraza de mi casa y la tengo llena de pinceles y acrílicos”, comenta.

También retomó la jardinería, que le entrega meditación y paz. “Valoro mucho el tiempo conmigo misma y me gusta poder desconectarme de todo. Por eso disfruto trabajar con las plantas y, en medio de todo esto, me ha hecho muy bien”, confiesa.

Y aunque ha podido desarrollar muchos de sus hobbies, también ha debido hacerse cargo de responsabilidades como estar pendiente del comercio online de su tienda y de sus hijos. “Ahora soy profesora”, bromea, “tengo a mis tres hijos en el colegio y están en ‘modo homeschool’. Me ha tocado apoyarlos en este período”, relata.

“Este período ha traído mucha reflexión y me ha hecho valorar más el tiempo de compartir con los demás”

La cuarentena, finalmente, ha sido una fase que le ha traído mucha reflexión y que también “me ha hecho valorar más el tiempo de compartir con los demás”, pues se encuentra lejos de sus padres y su abuela, a quien extraña mucho. Cuando pase todo esto, en su opinión vendrá un cambio de paradigma que provocará el “quiero hacer, y no el tengo hacer”.

“Este tiempo es un regalo, hay que atesorar estos momentos en familia, aprovechar de volver a hacer actividades simples y que nos hagan bien”, afirma.