La disciplina es una de las claves para sobrellevar el actual tiempo en pandemia para la mujer que dirige, desde hace nueve años, a las filiales de Chile y Perú de una de las compañías más importantes de inteligencia de mercado en el área de la tecnología y las telecomunicaciones. Pero no sólo eso: después de más de cinco meses de encierro, Natalia Vega cuenta que cada día se levanta tomando conciencia de “la realidad que estoy viviendo” y pensando en que, aunque todavía no sepa cuándo, “esto va a pasar”.
“Sinceramente, espero en las próximas décadas estar al lado de una chimenea, disfrutando de una copa de vino y contando las experiencias que hemos tenido, evidentemente del cambio de perspectiva de este quehacer y los desafíos que también profesionalmente conlleva”, afirma la Country Manager de IDC Chile y Perú. Y esta conciencia del momento le da la convicción de que ella y su familia superarán la pandemia fortalecidos.
Mientras tanto, comienza diariamente a trabajar a las 9:00, tal como haría si estuviera en la oficina, y termina puntualmente a las 19:00 horas, salvo que tenga alguna urgencia. “Es sagrado el desayuno con mi esposo en la mañana, a la una preparamos el almuerzo, después en la tarde, a eso de las siete, cenamos. En esos aspectos hemos querido ser bien rigurosos para sobrellevar y disfrutar el día”, asegura.
“Sinceramente, espero en las próximas décadas estar al lado de una chimenea, disfrutando de una copa de vino y contando las experiencias que hemos tenido”
“El día a día cambió totalmente, y lo hizo desde los aspectos básicos que hay que tener en cuenta, como cada dos horas tener la disciplina de pararse del escritorio e ir a lavarse las manos, o toda la rutina de higiene de la casa. También el ponernos de acuerdo con mi esposo en los quehaceres de la casa”, relata.
En ese sentido, cree que la comunicación es de suma importancia para enfrentar el estrés que produce, por ejemplo, no poder salir a caminar o a tomar aire, y piensa que las rutinas no volverán a ser como antes de la pandemia, “porque uno tiene que tomar conciencia del fortalecimiento de la importancia de lo que es el tiempo”.
Le gusta disfrutar de las plantas en el jardín, donde atesora una camelia que cuida con tesón, y a veces toma las llamadas de su trabajo desde ahí, para aprovechar el sol. “Disfrutar un rico café de todas maneras, una rica conversación, ver alguna película entretenida” también son parte de las actividades que la hacen feliz, así como salir a pasear a la naturaleza, algo que, por la pandemia, no ha podido seguir haciendo.
Pese a su organización, más allá de la emergencia de estos días, reconoce que le falta tiempo. “Hay situaciones en las cuales, como hoy, por ejemplo, que hay un lindo sol, uno piensa ‘qué ganas de estar en esa playa o estar en una terraza disfrutando de ese café’. Compartiendo con otras personas”, añora.
“Hay situaciones en las cuales, como hoy, por ejemplo, que hay un lindo sol, uno piensa ‘qué ganas de estar en esa playa o estar en una terraza disfrutando de ese café’. Compartiendo con otras personas”
Por eso, entre las cosas que tiene pendientes está retomar la práctica del rafting y aprender a volar en planeador, actividades que se relacionan estrechamente con su gusto por la naturaleza y por los deportes extremos.
Recuerda que hace años nadó en una de las Siete Tazas, algo que le gustaría volver a hacer, aunque reconoce que, cuando lo hizo, hacía 300 flexiones al día. “Tenía un físico muy preparado, no sé si volvería a eso”, dice riendo. También le gustaría repetir un viaje que hizo con su esposo a Torres del Paine.
“Un tema importante es el tiempo de disfrutar, como parte del gran aprendizaje, y eso evidentemente no es sólo por la pandemia”, recalca. “Yo tomé conciencia hace ya varios años respecto a disfrutar de lo que uno hace y ser bien sincero con uno mismo de que cuando haces algo, realmente quieras hacerlo, así como también decir ‘no quiero esto’. Hacer lo que uno realmente quiere, y también respetando al otro”, reflexiona.
Algo que la tiene muy feliz respecto al tiempo es la decisión de tomarse los viernes libres, y también algunos lunes, aprovechando vacaciones acumuladas y los PTO (Personal Time Off) que la compañía entrega, tema que se extenderá hasta fin de año. Aunque está en la casa, cuenta que “el impacto ha sido positivo. Poder disfrutar el día, si bien tenemos la disciplina del desayuno, el almuerzo y la cena, pero obviamente más tranquilos, más holgados. Eso ha sido diferente”.
“Yo tomé conciencia hace ya varios años respecto a disfrutar de lo que uno hace y ser bien sincero con uno mismo de que cuando haces algo, realmente quieras hacerlo”
Y es que, al pensar en el tiempo, la primera palabra que se le viene a la mente es “amor”.
“Amar es, desde mi punto de vista, algo que te mantiene vivo, te hace tomar conciencia de la parte humana de uno, de cuidar al otro, de tenerle respeto, acompañarlo y a uno mismo, darse cuenta de estar vivo, y dedicarle tiempo a ese otro”, sostiene.
“Hay que buscar esos espacios”, resalta. “También dentro del aprendizaje está tomar mucha conciencia de que esta es la realidad que se tiene. Si uno quiere ser feliz, se tiene sólo una vida, entonces hay que disfrutar”, afirma.
Para ella, tomar estos tiempos de reflexión también es clave para que aparezcan nuevas ideas, lo que “es parte de la responsabilidad que se tiene cuando uno está a cargo de todo un equipo de trabajo”.
Mirando hacia el final del confinamiento, que por estos días parece acercarse, lo primero que le gustaría hacer es reunirse con su familia. “Hay abrazos, desde cumpleaños a otros sentimientos, que son necesarios. Lo primero es juntarnos como familia y abrazarnos. Ese es el plan más claro que tengo”, admite.
Pero la pandemia también le ha dejado enseñanzas que van a quedar, y aunque le gustaría que no hubiera más fallecidos por Covid-19, también cree que es importante aprender de quienes partieron.
“Amar es algo que te mantiene vivo, te hace tomar conciencia de la parte humana de uno, del cuidar al otro, del tener respeto al otro, el acompañar al otro y a uno mismo, el darse cuenta de estar vivo, y dedicarle tiempo a ese otro”
“Eso evidentemente es una conciencia desde el punto de vista humano tremendamente importante”, dice, lo que le deja la gran tarea de ayudar y contribuir de forma cada vez más activa, desde cada uno de los roles que ejerce, junto a la importancia de crecer en la empatía.
“Yo escucho que hoy día se trabaja 24×7”, analiza, y aunque cree que es bueno tener trabajo y desarrollarse en el ámbito profesional, “en este tiempo hay que revisar si realmente tenemos que vivir a esta velocidad”.
“Hay que reflexionar al respecto, y fortalecer la empatía también te hace tomar esa conciencia. Seguir adelante, pero con mucha reflexión de si realmente lo que uno hace está, de alguna forma, impactando positiva o negativamente al otro”, concluye.