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Héctor Valdés / Cirujano Plástico
En la mañana del 24 de abril el Dr. Héctor Valdés se baja de un avión proveniente de Barajas, para dirigirse de inmediato a un canal de televisión local a grabar una entrevista. Santiago lo recibe con un día nublado y frío que dejaba caer algunas gotas, pero eso no impidió que corriera de un […]

En la mañana del 24 de abril el Dr. Héctor Valdés se baja de un avión proveniente de Barajas, para dirigirse de inmediato a un canal de televisión local a grabar una entrevista. Santiago lo recibe con un día nublado y frío que dejaba caer algunas gotas, pero eso no impidió que corriera de un lado a otro de la capital para cumplir con su estricta agenda.

El cirujano plástico de 60 años está radicado en España, lugar donde tiene una clínica estética, pero viaja por lo menos una vez al mes a Chile para atender a sus fieles clientes que reservan con mucho tiempo de anticipación una hora en su clínica High Care HV, ubicada en el Hotel Marriott.

Ese ritmo de vida entre dos países hace que su agenda deba estar clara a largo plazo.

“Yo me planifico con un año de anticipación, de esa forma puedo ajustar mis tiempos para complementar todas mis actividades”, explica.

En esta oportunidad su viaje, además de contemplar dos entrevistas programadas apenas se bajó del avión, implicaba también un desayuno al día siguiente en el Museo de la Moda para presentar “Atelier”, sus obras de arte que están siendo expuestas en la 55° versión de la Bienal de Venecia: Valdés logró combinar el arte con la cirugía plástica a través de una propuesta que ahora está siendo reconocida internacionalmente. “Podemos hacer arte con el cuerpo humano”, dice.

“Mi vida es muy dinámica (…) Sé que al momento de morir van a quedar tantas otras cosas que me hubiera gustado hacer”

Aunque ama la carrera que ha hecho en la medicina, está consciente de que no todo es trabajo y que la vida también es para disfrutarla. Una vez entendiendo eso, se declara un “hiperquinético”, que tiene ganas de hacerlo todo.

“Mi vida es muy dinámica porque estoy con la cabeza muy activa. Hago algo y ya estoy pensando en qué voy a hacer después. Sé que al momento de morir van a quedar tantas otras cosas que me hubiera gustado hacer”, reflexiona.

Por lo mismo, intenta dedicar bastante tiempo a todas las actividades que le gustan, aprovechando todos los espacios y todos los segundos.

“Me planifico con un año de anticipación, de esa forma puedo ajustar mis tiempos para complementar todas mis actividades”

Tanto así que instaló tres televisores en su gimnasio privado para poder hacer ejercicio mientras escucha música y ve congresos médicos. Andar en bicicleta en sus tiempos libres, es uno de sus más recientes hobbies.

“Estoy practicando mucho descenso, ciclismo aventura y mountain bike”, acota. Pero no es todo, pues también pilotea aviones, maneja motos, esquía, bucea y navega, con ganas de darse el tiempo para hacer una fragata por quince días.

“Salgo a navegar por el día o los fines de semana. En España hay bahías preciosas, por la irregularidad de su geografía”, explica.

“Me hubiera gustado ayudar más a mi padre y pasar más tiempo con él (…) ese tiempo que pasábamos juntos, es algo que no puedo volver a tener”

El mar es algo que realmente disfruta y, de hecho, pensar en eso lo hace recordar uno de los viajes que más ha disfrutado, a Roatán, “una isla preciosa de Honduras. Tiene una barrera de corales increíble, muy fácil de bucear. Ahí es donde les enseñé a bucear a mis cinco hijos, y por eso tengo un muy buen recuerdo de ese lugar”.

Durante toda esta entrevista, Valdés mantiene un discurso muy claro de cómo manejar su tiempo, pero cuando reflexiona en torno a su infancia y en las cosas que ya no puede hacer, piensa de inmediato en los largos viajes que hacía con su padre por Antofagasta, su ciudad natal.

El cirujano plástico lo acompañaba a trabajar y “lo ayudaba a subir cajas a la camioneta y luego a entregarlas. En esa época la Panamericana no existía, quizás la estaban construyendo, por lo que el camino era como estar en el desierto. Me hubiera gustado ayudarlo más y pasar más tiempo con él. Quizás no hablábamos mucho en el trayecto, pero ese tiempo que pasábamos juntos, es algo que no puedo volver a tener”.

Y agrega que con el pasar de los años y la experiencia, “te das cuenta que los recuerdos tienen que ver con el tiempo que le dedicas a las personas que quieres. Eso es lo que más quisiera: tener más tiempo para dedicar a mis seres queridos”.