Un hombre vuelve al pasado y tiene la oportunidad de conocer a su padre, cuando éste apenas era un niño y aún ni soñaba en tenerlo a él como hijo. Es lo que hizo Jonas Kahnwald, personaje central de la serie Dark, en un “viaje” que lo llevó 33 años atrás. Y es exactamente lo que le gustaría hacer a Edgardo Frías, country manager de Google para Chile y Perú, si pudiera dar un salto temporal, atravesando un túnel como el de esa serie.
Durante el confinamiento por el Covid-19, parte de sus horas libres la dedicó a ver todas las temporadas disponibles de esa trama alemana creada por Netflix. “Me la recomendaron mil millones de veces pero no había tenido oportunidad de verla, y una discusión recurrente que tengo con mi mujer es qué hacer si nos dieran esa posibilidad de jugar con el tiempo”, dice.
Él iría al pasado y viajaría desde Chile a su México natal pues “me gustaría visitar a mi papá, saber cómo era cuando en su niñez, conocerlo en esa etapa, quizás para entender algunas decisiones y momentos”. No cambiaría nada, aclara, pero sí le gustaría mirar aquellos años y comprenderlos desde la madurez que tiene hoy.
“(si pudiera viajar en el tiempo) me gustaría visitar a mi papá, saber cómo era cuando en su niñez, conocerlo en esa etapa, quizás para entender algunas decisiones y momentos”
Para Frías, el tiempo y su valor han sido pensamientos y conversaciones recurrentes durante la emergencia sanitaria. Además de imaginar saltos temporales y discutirlos con su esposa, dice que el tiempo en casa le ha ayudado a valorar más los pequeños momentos: desde la libertad que daba por sentada y que no pudo tener, al menos para salir, cuando la comuna en la que vive quedó en cuarentena total; hasta los paseos con su bicicleta de montaña.
También, momentos cotidianos con sus dos hijas, de 9 y 12 años. Como cuando un día la más pequeña interrumpió sus clases virtuales, se apareció en la puerta de la habitación donde él estaba trabajando y le dijo que le dolía el estómago. Tuvo que hacerse cargo de inmediato y dejar de lado todo lo que estaba haciendo. Si eso hubiese ocurrido en el mundo pre pandemia, con ella en el colegio y él en la oficina, probablemente lo hubiesen llamado para avisarle y se habría demorado en llegar. Por eso dice que una de las “grandes lecciones” que le está dejando esta situación tiene que ver con la consciencia y un mayor aprecio de momentos como ese.
“Sentimos que se nos van como el correr del agua, pero las 24 horas diarias que tenemos hoy son las mismas que teníamos antes de todo esto. He aprendido a que debemos darle mucho más valor al tiempo que estamos dedicando en hacer ciertas cosas”
“Sentimos que se nos van como el correr del agua, pero las 24 horas diarias que tenemos hoy son las mismas que teníamos antes de todo esto. Lo que sí he aprendido es que debemos darle mucho más valor al tiempo que estamos dedicando en hacer ciertas cosas”, comenta.
Como esa respuesta inmediata que pudo darle a su hija, en medio de un día normal de trabajo. O como todas las veces que ha podido almorzar con ambas, sin tener que organizar demasiado su calendario para poder ausentarse de la oficina.
La misma reflexión la aplica en el plano laboral, hoy mucho más que antes. Aunque la cultura del teletrabajo no es nueva en Google, en la empresa nunca habían tenido meses de encierro absoluto, con la oficina en las pantallas de lunes a viernes y desde la casa de cada colaborador. Y lo ha conversado con sus equipos, ajustando algunos procesos en el camino.
“Tengo reflexiones con mi equipo respecto a cómo hacemos para ser más productivos, cómo podemos aprovechar mejor las reuniones, incluso detenernos y preguntarnos si es necesario discutir todo en juntas o videoconferencias, porque también está el chat, el correo electrónico, una llamada corta”
“Creo que empezamos muy apresurados, tratando de tomar todo o tomar más de lo que podíamos hacer y eso, en algunos momentos, nos llevó a sentirnos un poco cansados y asfixiados de la dinámica que estábamos empezando a dar. Ahora tengo reflexiones al respecto con mi equipo: cómo hacemos para ser más productivos, cómo podemos aprovechar mejor las reuniones, incluso detenernos y preguntarnos si es necesario discutir todo en juntas o videoconferencias, porque también está el chat, el correo electrónico, una llamada corta”, plantea.
A todo eso, el ejecutivo añade una estrategia que en inglés y en el mundo corporativo se conoce como “walking one-on-one meetings”: si antes tenía una reunión con una sola persona, podía invitarla a dar un paseo caminando, ir a tomar o comer algo y, en el camino, conversar sobre lo necesario. Aunque es una de las rutinas laborales que incluye hace mucho tiempo para “cambiar de aire”, debió ajustarla a las condiciones del mundo en pandemia y hoy lo hace caminando dentro de su casa, con el teléfono en la mano. Hace poco, una de esas reuniones la hizo así, pero subiendo y bajando las escaleras.
“El tiempo es oportunidad, sin remordimientos. Creo que lo más rico que nos da son los recuerdos, que a veces son fotos y otras veces son mensajes, cuadros, o memorias”
En uno de los capítulos de Dark, un personaje clave trata de definir o explicar qué es el tiempo y habla de la concepción lineal que la mayoría de las personas tiene. Incluso lo compara con “una bestia que no puede ser derrotada”. Pero Frías tiene su propia definición, muy relacionada a una filosofía de vida y mantra personal, que también lanza en inglés: “No regrets”. O vivir sin arrepentimientos, sin querer cambiar o editar ningún capítulo en la historia de su vida.
“El tiempo es oportunidad, sin remordimientos. Creo que lo más rico que nos da son los recuerdos, que a veces son fotos y otras veces son mensajes, cuadros, o memorias”, reflexiona.