La emoción de sus dos hijos de 10 y 13 años al mirar la Cordillera de los Andes nevada desde la ventanilla del avión, poco antes de aterrizar en Santiago, es la primera postal de Chile que Christopher Laska guarda en su memoria. “Fue una sensación muy bonita: ver las montañas cubiertas de nieve y ver a los chicos tan emocionados por eso. De inmediato preguntaron cuándo podíamos ir a esquiar y fue lo primero que hicimos en nuestro primer fin de semana en esta ciudad”, cuenta el nuevo CEO de WOM, quien llegó hace poco más de un año al país, después de haber estado en Singapur trabajando para Telenor, a tomar el puesto que dejó Chris Bannister, el popular “tío WOM”.
Viniendo de Noruega, un país de glaciares, montañas, cascadas y maravillas naturales como las auroras boreales, Laska aprecia y agradece poder vivir en un lugar tan rico en paisajes como Chile. Sobre todo porque suele organizar el calendario de su año laboral a modo de poder hacer dos viajes para explorar la naturaleza en familia.
“En Spitsbergen (Noruega) hay algo tan especial con las auroras boreales, con el silencio, con la sensación del paso del tiempo (…) Es similar a la sensación que tuve cuando pude conocer Atacama (…) Las estrellas, el silencio, el paisaje lunar, es algo realmente alucinante”
En una entrevista que dio en 2011 al Budapest Business Journal, dijo que uno de sus más grandes sueños era poder ver la luna de cerca, ojalá algún día antes de morir. Y lo más cerca que ha estado de eso fue este año en San Pedro de Atacama, una experiencia que para él sólo es comparable a lo que sintió en la isla de Spitsbergen, en el archipiélago noruego de Svalbard, aunque se trate de paisajes diametralmente distintos.
“En Spitsbergen hay algo tan especial con las auroras boreales, con el silencio, con la sensación del paso del tiempo… Es algo que realmente puede cambiarte la vida. Me cuesta mucho explicarlo, pero es similar a la sensación que tuve cuando pude conocer Atacama. Nunca había visto nada así en mi vida. Las estrellas, el silencio, el paisaje lunar, es algo realmente alucinante”, cuenta Laska.
“Usualmente abandono la oficina antes de la hora del tráfico y también llego muy temprano, después de entrenar y muchísimo antes de que empiecen a llegar todos”
Parte del sur de Chile ya lo conoce, aunque llegar fue “una pesadilla”, recuerda, por el tradicional tráfico de la temporada de Fiestas Patrias. Cómo organiza su tiempo también gira en torno a eso: en evitar a toda costa estar atascado en un “taco”. “Es algo que no soporto, va más allá de mí. Y en Santiago es bastante complicado. Por eso, usualmente abandono la oficina antes de la hora del tráfico, y también llego muy temprano, después de entrenar y muchísimo antes de que empiecen a llegar todos”, relata.
En ese lapso, con la oficina vacía, se toma un tiempo para pensar: “Es parte de mi rutina. Suelo sentarme a mirar por la ventana a pensar. Por mi formación y mis estudios me acostumbré a pensar todo en procesos. Después anoto lo que tengo que hacer en el día o en la semana, con la mente despejada y sin interrupciones. Y cuando ya tengo mi agenda clara, me tomo el tiempo de ir a socializar y conversar con quienes van llegando, porque conocer bien a la gente con la que trabajo es algo que me importa mucho y me permite de alguna manera conocer el país, saber cómo piensan, aprender de ellos”, cuenta este ejecutivo noruego que lleva décadas ligado al mundo de las telecomunicaciones, con una trayectoria laboral en 13 países distintos. Pakistán, durante un año, fue la experiencia más “extravagante”.
“Cuando ya tengo mi agenda clara, me tomo el tiempo de conversar con quienes van llegando (a la oficina), porque conocer bien a la gente con la que trabajo es algo que me permite conocer el país”
Laska dice que en la oficina ningún día es igual. “Soy una persona muy curiosa, me gusta mucho la innovación y siempre estoy explorando cosas nuevas”, confiesa.
Y a pesar de que hay muchas reuniones internas, trata de ser lo más eficiente que pueda y dedicar más tiempo a las reuniones externas. “Para ir a reuniones, siempre me pregunto cuál será mi propósito, si es que puedo agregar algún valor o aportar en lo que ahí se discutirá. Si no es así, no voy, porque trato de balancear muy bien el tiempo entre el negocio operativo y los nuevos negocios”, sostiene.
Y aunque la mayoría de las conversaciones en la oficina son en inglés, Laska asegura que poco a poco ha ido afinando su oído con el español. “Puedo decir que entiendo todo, pero hablar me cuesta”, confiesa.
“Trato de balancear muy bien el tiempo entre el negocio operativo y los nuevos negocios”
Un profesor de la Universidad de Chile lo ayuda con el idioma y todos los domingos va a su casa a hacer clases para él, su esposa y sus dos hijos. Una vez al mes, las lecciones son en la calle, en museos o sitios históricos. Darse el tiempo de hacer esos paseos les ha permitido conocer la ciudad y practicar el español.
Cuando se le pregunta si ha pensado o si le gustaría volver a vivir a Europa, dice que no sabe, que prefiere concentrarse en el presente y en entregar lo mejor de sí al país que lo recibe, porque no suele hacer planes más allá de un año y se siente feliz donde pueda estar con su familia.
“Nunca hago planes muy a largo plazo. Prefiero concentrarme en el presente, en mi trabajo y en dedicar tiempo de calidad a mis hijos. La gente usualmente me pregunta dónde está mi hogar y mi respuesta automática en los últimos 15 años, es que mi hogar es donde estoy con mi familia. Por ahora, nos encanta vivir en Chile y espero que estemos aquí durante varios años”.