“El tiempo, para mí, es un anhelo”. Así es como Carlos Stefani, CEO de Assist Card, define algo tan complejo, pero a la vez tan cotidiano, como esa magnitud física marcada por las agujas del reloj.
Su definición es más poética y reflexiva que teórica, y eso quizás tiene que ver con las lecciones que le dejó la pandemia: “El resultado de eso, en mi caso, ha sido valorar más el presente y todo lo que tengo”, cuenta después de tantos meses de encierro físico y personal, en un período en el que tuvo la oportunidad de pasar mucho más tiempo con su familia y de volver a algunos placeres de su juventud, como leer y escuchar música. Por eso, Stefani dice que si algo logró fue confirmar la intuición de que disfrutaría tener más tiempo para otras cosas.
“A veces, a quienes tenemos trabajos que nos gustan o que nos demandan mucho tiempo, se nos complica administrar el equilibrio del tiempo”
“Me gustaría tener más tiempo para muchísimas cosas, pero principalmente para estar con la familia y los amigos. A veces, a quienes tenemos trabajos que nos gustan o que nos demandan mucho tiempo, se nos complica administrar ese equilibrio”, dice el CEO de la compañía especialista en asistencia de viaje, que actualmente cuenta con 74 oficinas de atención en el mundo y brinda servicio directo en 190 países.
Stefani confiesa que le gustaría tener más horas a la semana para leer, en particular cuentos policiales y fantásticos, que es lo que menos lee habitualmente; y también para escuchar música sin nada más que hacer, en particular rock argentino, rock británico y música brasilera.
Antes de que todo se paralizara, su familia creció: “Tuve una hija meses antes de la pandemia, por lo que pude pasar mucho tiempo con ella. Fue algo genial que seguramente me hubiera perdido en una situación normal, al menos parcialmente”, comenta, sobre uno de los episodios que le hizo valorar aún más cada minuto que pudo pasar con ella, gracias a las facilidades del trabajo remoto.

“Me funciona bastante bien no trabajar en casa, o al menos no hacerlo cuando el resto de la familia está despierta”.
Pero de esa experiencia también aprendió. Y ahora que el mundo retomó su ritmo, si de algo está seguro es de preferir jornadas en oficina, eso sí, planificando muy bien sus horarios y tareas para no volver a casa con pendientes por terminar, y por desconectarse totalmente. “Me funciona bastante bien no trabajar en casa, o al menos no hacerlo cuando el resto de la familia está despierta. Prefiero alargar la jornada en la oficina a cambio de que cuando llegue a casa pueda dedicarme enteramente a lo familiar”, cuenta.
En ese contexto y en una búsqueda de cómo planificar de buena manera el tiempo laboral y familiar, Carlos Stefani cree que no hay una fórmula universal: “Imagino que dependerá de las circunstancias de cada uno”