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André Parisier, CEO de Bigbox: “El tiempo es un estado emocional”
André Parisier, ejecutivo argentino que hoy está al frente de la empresa que fundó su hermano Gastón, reflexiona sobre los momentos que ha ido sumando en su vida, y que en general todos los seres humanos acumulan en determinados períodos de tiempo y espacio. A qué proyecto le dedica más atención en su día, qué tipo de relaciones quiere cultivar y con quién quiere crear más de esos momentos de calidad son asuntos sobre los que piensa a diario.

Todos los días, André Parisier recibe una llamada o un mensaje de su padre con preguntas muy sencillas, pero que definen el tipo de relación que tienen: “No me pregunta cómo estoy o qué estoy haciendo. Me pregunta si estoy feliz y si estoy aprovechando bien mi tiempo”, cuenta. Es una dinámica que ocurre hace por lo menos 20 años, y que lo llevan a reflexionar constantemente sobre el tiempo, los momentos de calidad y la felicidad, explica el CEO de Bigbox, plataforma que ofrece regalos de experiencias corporativas y personales, como comidas en restaurantes, aventuras y estadías.

“Siempre trato de que la manera en que diseño mis días me lleven a un buen estado emocional”.

“No es raro para mí pensar en estos conceptos, pero definitivamente sí es algo a lo que le presto mucha más atención que antes porque mi padre, que es quien me anima a reflexionar sobre estas cosas, acaba de cumplir 90 años, aunque en realidad parece que tuviera 65”, dice emocionado al hablar de su guía, el empresario argentino Guido Parisier, que celebró recientemente sus nueve décadas rodeado familia y amigos y con la presentación de su tercer libro.

Bigbox es la firma que fundó Gastón, el hermano de André, y que hoy tiene presencia en Chile, Argentina, Perú, Uruguay, México y España. Están cerrando el año con buenos números, y proyectan vender más de 800.000 regalos, lo que supone un incremento del 60% respecto al cierre del 2021. Este año, además, 2.000 empresas de la región se decidieron por regalar a sus empleados experiencias que van desde viajes a actividades grupales y con ello innovar en la forma en que otorgan satisfacción laboral. Así que eso lo tiene más que feliz. Es algo de lo que habla en esas llamadas con su padre, asegura el ejecutivo, pero no es lo único.

“Un reflejo del tiempo son los momentos, que es lo que vendemos en Bigbox, por eso me hace todo el sentido del mundo conversar sobre estos temas”.

Su vida cambió radicalmente en 2020 cuando se convirtió en papá. Entonces entendió que ya no podía pensar en el tiempo desde la constante búsqueda del equilibrio entre trabajo y vida personal, sino que desde algo más profundo: a qué proyecto le dedica más espacio en su día, qué relación quiere regar “como si fuese una planta”, con quién quiere estar, a quién quiere ver, con quién quiere crear más momentos, y cómo será el tiempo de calidad que dedicará a su familia. “Un reflejo del tiempo son los momentos, que es lo que vendemos en Bigbox, por eso me hace todo el sentido del mundo conversar sobre estos temas con mi padre, pero también muchas veces le digo que el tiempo es un estado emocional, y por eso trato de que la manera en que diseño mis días me lleven a un buen estado emocional”, reflexiona.

Cree que la felicidad “es una manera de vivir” y, precisamente, un estado emocional. “Cosas malas pueden suceder permanentemente, pero en la forma en que las enfrentas, ahí está la diferencia”, dice. También cuenta sobre algo que recalca constantemente en sus equipos y en su familia: “El camino es el destino. Nos preocupamos demasiado porque llegue algo, por cumplir una meta, y no puede ser que cuando finalmente llegamos a ese destino no estemos conscientes de todo lo que pasamos para llegar ahí. Por eso digo que hay que disfrutar ese tiempo y ese camino. Es decir, que a lo que llegas no importa tanto, lo que importa es el camino, siempre”.

“El camino es el destino. Nos preocupamos demasiado porque llegue algo, por cumplir una meta, y no puede ser que cuando finalmente llegamos a ese destino no estemos conscientes de todo lo que pasamos para llegar ahí”.

Si hay algo a lo que le gustaría dedicar más tiempo, definitivamente es a su familia, y lo está cumpliendo desde que su propio núcleo creció. “Hay que valorar el trabajo remoto, pero a mí me gusta ir a la oficina. Entonces desde que soy papá tengo horarios de corte que respeto y cumplo. A cierta hora cierro lo que estoy haciendo, vuelvo a casa para poder dedicarle dos horas a mi hijo mayor y también al menor que nació hace apenas 20 días. Sus momentos y sus primeras veces de hacer muchas cosas es algo que no me quiero perder. Y de pronto cuando se van a dormir tengo que volver a mirar algunas cosas de trabajo. Sé que no es lo ideal, pero de momento me funciona”, comenta.

También dice que quisiera tener más tiempo para los amigos y para el deporte, especialmente para el golf, una de sus disciplinas favoritas y donde tiene dos referentes a los que sigue porque admira sus carreras: los golfistas chilenos Joaquín Niemann y “Mito” Pereira. “Uno siempre va a querer que esos momentos de ocio y diversión duren más, que los momentos sean más largos. Pero no se puede, por eso hay que disfrutarlos al máximo mientras los estás viviendo”, concluye.