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Alberto Oltra, CEO de DHL Global Forwarding en Sudamérica: “Hay que saber aprovechar el tiempo y, de vez en cuando, hasta perderlo un poco”
En su paso por la universidad, un profesor le comentó que el tiempo era el bien más preciado y esa idea se le quedó grabada. Ahora, y con esto en mente, este ejecutivo español repasa su experiencia manejando el tiempo para el desarrollo de su carrera profesional y cómo esto, según su perspectiva, va variando en cada etapa de vida.

Cuando hace 10 años Alberto Oltra entró a la compañía de logística DHL, tenía muchas ambiciones de conocer el mundo, otras culturas, otras personas. Por esto, decidió invertir su tiempo en su desarrollo profesional. “Yo tenía muchísimas ganas de ver mundo, de ascender, de tomar responsabilidades, así que en ese sentido utilicé mi tiempo para eso, para enfocarme en mi carrera profesional que siempre iba un poco acompañada de cambios de país, sacrificios personales”, recuerda el responsable de DHL Global Forwarding en Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Argentina.

Para Oltra, el tiempo es uno de los bienes más preciados, que muchas veces las personas no saben aprovechar. Sin embargo, también cree que existe una idea errónea de que hay que estar haciendo cosas todo el tiempo.

“Me gusta aburrirme un poco, también estar mirando al techo un rato porque allí se me ocurren ideas”.

Su oficina mantiene una política de puertas abiertas, por lo que siempre hay gente entrando y saliendo, lo que lo hace valorar los tiempos para estar solo, reflexionar e idear nuevos proyectos. Por esto, le gusta dejarse las tardes libres para ir por un café, ponerse al día con los pendientes y “aburrirse un poco”.

“Hay que saber aprovechar el tiempo y, de vez en cuando, hasta perderlo un poco”, dice. Algo que replica con sus colaboradores, quienes deben bloquear su agenda para hacer algo que les satisfaga.

“Siempre dicen que los niños generan imaginación o son creativos cuando se aburren, si a un niño lo estás estimulando constantemente no piensa por sí mismo. No me quiero considerar un niño, pero me gusta aburrirme un poco, también estar mirando al techo un rato porque allí se me ocurren ideas”, comenta entre risas. Asimismo, reconoce que antes era el “rey de la noche”, debido a que se considera una persona bastante sociable y constantemente debía estar en encuentros de negocios o juntas con amigos, pero con el paso del tiempo se ha dado cuenta de que las prioridades y la noción del tiempo cambian.

“El tiempo siempre está presente en nuestra mente, pero creo que cambia un poco ese concepto a lo largo de las diferentes etapas que uno tiene y creo que cuanto más mayor se hace, más lo valoras”.

“Cuando eres joven, sacrificas el fin de semana, sábado y domingo por salir de fiesta con los amigos ¿no? Cuando eres más mayor te vas de fiesta y al día siguiente te arrepientes porque el sábado lo has perdido, entonces creo que el tiempo siempre está presente en nuestra mente, pero creo que cambia un poco ese concepto a lo largo de las diferentes etapas que uno tiene y creo que cuanto más mayor se hace, más lo valoras. También eso sucede porque uno sabe que esto se acaba”, reflexiona.

Al mirar hacia atrás asegura que no hay nada que cambiaría de su trayectoria profesional, pues todo lo que quería hacer lo ha logrado en DHL. Sobre su rutina diaria, asegura que muchas veces se piensa que las personas en cargos importantes buscan la cura del cáncer todos los días, pero que en su caso valora el haber encontrado un punto de equilibrio donde puede él manejar su agenda y no al revés: “Ahora, si me ofrecieran vivir en otro país, probablemente diría que no porque ya mi prioridad cambia, pero hasta tres o cuatro años atrás no cambiaría nada de mi vida profesional, o sea, haría las mismas decisiones con los sacrificios de tiempo, con los sacrificios personales, porque de verdad ha sido un buen viaje”.

“Hasta tres o cuatro años atrás no cambiaría nada de mi vida profesional, o sea, haría las mismas decisiones con los sacrificios de tiempo, con los sacrificios personales, porque de verdad ha sido un buen viaje”.

Por las mañanas desayuna y luego lleva a su hija al colegio, luego trabaja desde las 8:30 horas hasta aproximadamente las 16:00 en su oficina y parte a tomarse un café. Allí contesta los emails pendientes y piensa un poco en sus cosas personales, para cerrar al día juega al pádel unas tres veces por semana y, si no, se va a casa a pasar tiempo con su familia.

Asegura que, con el paso del tiempo y al alcanzar un punto de estabilidad, hay ciertas cosas que le pesan, como el no pasar tanto tiempo con su familia en España o que su hija chilena no conozca el país de origen de su padre. “Estoy en una etapa donde valoro más el tiempo familiar y bueno, pues eso ha hecho también que mi carrera se estabilice”, reflexiona.

 “Estoy en una etapa donde valoro más el tiempo familiar y bueno, pues eso ha hecho también que mi carrera se estabilice”.

El tiempo es un concepto muy relevante en la vida de Alberto, quien incluso escribió un libro sobre este. “Por ciertas desgracias personales, me di cuenta de que el tiempo tiene un solo sentido, o sea tú vas para adelante y hoy es físicamente imposible retroceder. Hoy puedes tener mucha plata, perderla y volver a recuperarla, puedes tener un amigo, perderlo y volver a recuperarlo, pero no puedes tener tiempo, perderlo y volver a recuperarlo, eso no existe”, explica. Este pensamiento lo llevó a desarrollar una novela sobre una pareja que tiene un tiempo limitado de vida y debe comenzar a priorizar.

“Mi idea era que cuando terminaras el libro dijeras ‘tío, utiliza bien el tiempo, que no es un tema menor. Inviértelo, úsalo para intentar que los de alrededor tuyo tengan energía positiva y no hundirlos’”, concluye.